Hay momentos en los que desearía tirar la toalla, precipitarme al vació, caer… y caer… pero luego vuelvo la vista atrás y me doy cuenta de la verdad, a pesar de todas las apariencias soy una persona demasiado perfeccionista, demasiado luchadora como para rendirme. Es entonces cuando respiras hondo, tapas tu boca con una toalla y gritas todo lo fuerte que puedes, desahogándote, sacándolo todo. Luego vuelves a levantarte y sigues andando, con la cabeza alta y el ceño fruncido, cabreada, diciéndote a ti misma que la palabra rendirse no esta incluida en tu diccionario, que no existe.
Y cuando ya as andado mucho, te has tropezado y caído incontables veces, tienes los ojos llorosos y no te quedan fuerzas, y es en ese momento cuando con un ultimo grito te lanzas al frente y te das cuenta de que lo has logrado, has alcanzado aquello tan lejano que jamás pensabas que alcanzarías… has vencido.
Prime ^^
ResponderEliminarQue gran verdad Sonia!
Nunca hay que tirar la toalla, por muy imposible que sea ganar a la adversidad.